miércoles, 9 de marzo de 2011

Espacio Ñandú abrió sus puertas





LINEAS ARQUITECTONICAS DE LA PATAGONIA
Espacio Ñandú abrió sus puertas


En pleno centro de la ciudad, frente a la plaza y a la Parroquia María Auxiliadora se edificó el espacio Ñandú que rescata la identidad patagónica, especialmente los galpones de esquila de las estancias magallánicas.


Esta innovadora propuesta permite albergar la multiplicidad de servicios que la comunidad magallánica y el turista requieren durante su estadia en Puerto Natales, distribuye y fusiona de manera armónica y atractiva las muestras de artesanía, ropa, souvenirs, joyas, cueros, frutos secos y chocolatería regional, a lo que hay que agregar los servicios de cambio de moneda, librería con textos especializados, de fotografía, flora y fauna, costumbres, historias locales e información turística en general, además de los rincones para disfrutar de un buen trago o cafés, acompañado de diversos platos preparados que vienen siendo otra especialidad del local.

La idea del proyecto corresponde al empresario Ricardo Livingston Reyment, quien propuso generar un espacio de constante y estrecha con el cliente, uniendo la vida y costumbres locales. La egresada de Arquitectura, la natalina Carla Brevis Antúnez, de Arqa Patagonia, puso su sello, con el patrocinio del arquitecto Boris Panes Roco. En la edificación participó el contratista de obras, Luis Rogel y el diseño interior del local fue realizado por Jorge Caballero.

En resumen, los profesionales trabajaron una propuesta que terminó en lo que se define como una macro-estructura compuesta por dos volúmenes de acero y vigas de madera de lenga laminada, los cuales responden a una reinterpretación de los galpones de esquila de las estancias magallánicas. En su entorno inmediato, el Espacio Ñandú, la Plaza de Armas y las edificaciones emblemáticas de la ciudad, como la iglesia, actual edificio municipal y el nuevo en construcción, generan un desahogo en la continua trama urbana.

Asimismo, proyectaron volúmenes que se disgregan en el local, los cuales hablan de la dispersión del paisaje infinito que rodea el edificio, donde se vislumbran las diferentes manifestaciones del paisaje patagónico, que giran entre la pampa y las montañas andinas, otorgándole variedad de paisaje y elementos topográficos.

Un gran salón de ventas de doble altura recibe al visitante y lo guía a través de una profusión de elementos verticales, que asemejan un bosque, donde la iluminación natural se escurre por grandes ventanales, pequeñas rendijas y cenitalmente. Ahí se distribuyen fusionándose continuamente, las muestras de artesanía y chocolatería regional.

Los materiales utilizados, madera y fierro zincado pretenden rescatar los elementos tradicionales, unido a aplicaciones en hormigón vibrado símil piedra fabricada especialmente para la obra con el objeto de obtener las tonalidades cálidas que complementen el uso de madera.

Estos y otros aspectos de la conjunción de ideas que rescatan la tradición de manera decorativa y atrayente, hacen de Espacio Ñandú una nueva propuesta para los habitantes de Ultima Esperanza y visitantes.

La inversión realizada, incluida la compra del terreno en ese sitio central de la ciudad, alcanzó aproximadamente los 300 millones de pesos, señaló el empresario

FUENTE: http://www.laprensaaustral.cl/lpa/natalino.asp?id=3213