martes, 15 de noviembre de 2011

Lo que dejó las Tres Horas de Puerto Natales

FUENTE : EL PINGUINO
 
Cayó la bandera a cuadros de una nueva edición de la carrera más veloz de la Patagonia chileno-argentina, las Tres Horas de Puerto Natales, que cumplió treinta años de vida, desde aquella vez cuando nace la idea entre un grupo de amigos de realizar esta competencia que con el pasar de los años tomó fuerza transformándose en una de las pruebas más importantes de la región.
Todo un año es el que debe esperar la capital del turismo para volver a vivir esta fiesta que se transforma en todo un evento local para la comuna ya que atrae un gran marco de público en donde se ve muy beneficiada la comunidad de Puerto Natales en todo lo que el comercio conlleva.
Se bajó el telón de esta edición número 30 edición y es posible realizar un análisis respecto a lo bueno, lo bonito, lo malo y lo feo, siempre con el ánimo de contribuir al espectáculo, todo en pos del constructivismo para engrandecer nuestro deporte tuerca.

Lo bueno
Las Tres Horas de Puerto Natales es una prueba donde los vehículos alcanzan las mayores velocidades en una prueba automovilística de la Patagonia, las máquinas superan ampliamente los 200 km/h, por lo que en un trazado de estas características lo más importante es la seguridad, tanto para los pilotos y competidores como para el público que se despliega por el largo total del trazado.
En lo primero, se pudo apreciar nuevamente que las medidas de seguridad dentro de los autos de competición funcionan a cabalidad cuando estas son seguidas rigurosamente, tal como lo expresan las normativas internacionales respecto al armado de un vehículo e indumentaria deportiva para poder prevenir cualquier tipo de infortunio. Se pudieron apreciar un par de volcamientos durante la competencia pero sin consecuencias que lamentar, salvo la destrucción de los vehículos. Respecto del público, podemos expresar que éste tuvo un comportamiento ejemplar durante toda la competencia, al parecer éste ha ido adquiriendo esa cultura tuerca que se necesita para ir a presenciar una competencia de esta magnitud; el saber ubicarse dentro del trazado es algo fundamental a la hora de prevenir, esto en gran parte es por voluntad propia de los mismos asistentes, pero también se vio ayudado por la labor de todo el contingente policial que resguardó que las normativas de seguridad impuestas por la organización para el público, sean respetadas por los asistentes.

Lo bonito
Cuando uno se cae, lo mejor de todo es saber levantarse y tomarlo como una enseñanza de la vida, eso es exactamente lo que grafica lo realizado por el joven piloto fueguino Gustavo Aguilar, quien en su última carrera en el Rally de Semana Santa disputado en la ciudad de Porvenir, por lo caminos del cordón Baquedano, en donde aquella vez tuvo un gran vuelco con la máquina también Opel que pertenecía a su padre “Pancho”, esto no fue un impedimento para volver a las pistas en gloria y majestad, nada más ni nada menos que ganando una de las pruebas de más importancia de la Patagonia, por lo pronto, sería bueno ver a este excelente piloto con un gran auto estar compitiendo en el campeonato de rallys de PRC, algo que no se descarta dentro del team.
Otro punto a favor para la carrera es el hecho que siempre es muy bonito ver a mucha cantidad de público presenciando una prueba de carácter tuerca, para todos quienes amamos este deporte, es totalmente gratificante ver a tanta afición de los fierros, se estima que el día de la competencia a lo largo del circuito habían sobre las 4.000 personas.

Lo malo
Para esta edición se innovó con el cronometraje de los piques de clasificación, ya que, en la edición del 2010 esta labor fue realizada por el Patagonia Rally Club (PRC) y de una gran manera, con el equipo comandado por Renato Marambio, en donde un piloto finalizaba su actuación y sabía de inmediato su tiempo empleado, con esta información sabía si ir o no a su segunda oportunidad de clasificar. Para esta ocasión, esta labor el club de volantes se la encomendó a la Asociación de Volantes de Río Turbio, quienes poseen un sistema de cronometraje de idénticas características al utilizado por el PRC, pero que sin dudas no funcionó de igual forma, ya que los tiempos empleados por los pilotos no fueron conocidos sino hasta las 21.00 horas cuando se efectuó una reunión con todos ellos, además se tornó muy difícil la labor de informar respecto a los lugares obtenidos por los pilotos para largar, ya que la información no fue entregada en forma oficial por parte de la organización como se acostumbra a hacer
Otro punto para analizar fue lo que sucedió con el estado del suelo en las clasificaciones, en donde se pudo apreciar un piso muy resbaladizo y con ripio suelto esto debido a que no hubo presencia de camión aljibe que regara la pista de tierra, o si lo hubo fue con mucha antelación a la realización de los piques.
Lo feo
Públicamente fue sabido que esta competencia contó con fondos del 2% del FNDR, para su realización, lo cual encontramos que es muy bueno, y ojalá siga ocurriendo así con nuestro deporte ya que todo esto aporta, pero creemos que el cobro de entradas alcanzó un valor excesivo para todos quienes se desplazaron desde otra localidad hasta la capital del turismo, ya que debieron cancelar
$ 2.000 por personas, una cifra elevada si consideramos a un grupo familiar de tres personas.