FUENTE : RADIO POLAR
El Calafate, (Corresponsal).- Decenas de guanacos aparecen muertos en estos días cerca de El Calafate, llamando la atención de autoridades y lugareños.
Hace varios días los vecinos vienen advirtiendo la existencia de restos de animales al costado de la ruta de acceso a El Calafate, pero desconociéndose el origen de la mortandad.
Los cuerpos se encontraron a unos 40 kilómetros antes de llegar a la villa turística, entre la Cuesta de Miguez y el paraje Río Bote.
Los restos están diseminados dentro y fuera de los alambrados que marcan los campos privados, y varios de ellos ya fueron comida de otras especies que se alimentan de la carroña.
Hasta ahora, nadie maneja una cifra precisa de la cantidad de animales muertos. Las estimaciones van de los 60 a los 140, según personas que pasaron por esos lugares.
No se ubican en un sólo sector. Están en ambos lados de la ruta, separados uno de otro lado por alambrados.
Personal de la delegación Calafate del Consejo Agrario Provincial informó a esta corresponsalía que están al tanto de la situación por comentarios de habitantes de la ciudad y que se informó a la central de esa repartición en Río Gallegos.
Desde la dirección de Fauna del Consejo Agrario se debería ahora comisionar a esta localidad personal veterinario, para que intente detectar las causas de las muertes.
Hasta ahora son varias las hipótesis que se manejan en El Calafate. Una se refiere a muertes por causas naturales, a raíz del crudo invierno que azotó la zona. La segunda indica posibles muertes a raíz de envenenamiento. Una tercera apunta a que los animales hayan recibido disparos de arma de fuego por parte de personas que persiguen sólo el objetivo de disparar a animales o con la intención de alejar a los guanacos de sus campos o de la misma ruta.
Ninguna de las hipótesis hasta ahora muestra alguna prueba que haga primar a una sobre las otras.
Los cálculos hablan que las muertes pudieron haberse dado durante el mes de julio y que recién ahora, con el deshielo y derretimiento de la nieve, quedan a la vista.
Informalmente el personal del Consejo Agrario maneja una información que todavía no fue trasladada a un expediente.
Un mes atrás, a las oficinas calafatenses del CAP se acercó un hombre perteneciente a una estancia de la zona. El hombre se había presentado para pedir permiso para utilizar la carne de los guanacos que ya en ese momento aparecían muertos, con la finalidad de “darles de comer a los perros de la estancia”.
También habría comentado que las muertes de los guanacos se estaban dando porque eran matados a rifle, por parte de personas que pertenecían a una estancia vecina.
Además, se sabe que una situación similar se dio en la misma época del año pasado. El Consejo Agrario tomó intervención en el tema, pero no se esclareció la causa de las muertes, ya que al momento de actuar los restos están ya en estado de descomposición y no alcanza a distinguirse si existen orificios de bala.
Coincidencia
La particular situación se da en días en que vecinos de varios sectores de la localidad muestran su descontento con una reciente aprobación de la Cámara de Diputados de la provincia. Una resolución solicita al Consejo Agrario provincial que declare a esa especie autóctona como “Especie perjudicial”, lo que habilitaría su caza comercial.
El Consejo Agrario aún no se expidió sobre el tema, pero la mera declaración de los diputados cayó mal en más de un habitante.
Si bien el tema aún no ocupa grandes espacios en los medios, en la red social Facebook los vecinos critican la decisión de los legisladores de declarar “Especie perjudicial” a ese animal autóctono.
El guanaco es considerado también como la especie que compite con las ovejas y las vacas en los campos privados, por el alimento, y sobre esta especie se habla de una superpoblación en Santa Cruz.
El CAP tiene previsto un censo de ejemplares de esa especie. Con fondos nacionales que alcanzan los 150 mil pesos, el proyecto ya fue aprobado por el Gobierno nacional y espera ser aplicado.
El resultado del censo es lo que permitiría un plan de manejo de la especie, haciendo que sea conservada como autóctona, pero que la vez su superpoblación no cause otros males en rutas y campos.
