jueves, 7 de noviembre de 2013

Trabajador confesó que ocultó el cuerpo por 24 horas en su casa: “Estoy arrepentido”

FUENTE   :  LA PRENSA AUSTRAL


Estoy muy arrepentido”, fueron las escuetas palabras que Héctor Briones Gatica, de 30 años de edad, alcanzó a decir ayer, en instantes en que detectives lo trasladaban al Centro de Justicia de Punta Arenas, en donde fue formalizada la investigación en su contra por el delito de femicidio, luego de que el martes en la tarde confesara ser el autor del homicidio de su esposa, Ruth Velásquez Vargas, de 33 años, a quien había sepultado en el vertedero municipal el 29 de octubre, un día después de reportar su desaparición.
Una noche inquieto, con llanto y poco dormir fue la que pasó el imputado al interior del calabozo del cuartel de la PDI, así se indicó desde la institución luego de que cerca de las 10 de la mañana de ayer en medio de un amplio dispositivo de seguridad fuera trasladado al Juzgado de Garantía para responder por su asesinato.
La PDI redobló los resguardos para el traslado del imputado desde la unidad policial, en calle Errázuriz, hasta el Centro de Justicia, debido a que una gran cantidad de amigos de la víctima y otras personas sensibilizadas por la tragedia se agolparon en las afueras del cuartel, con la clara intención de lincharlo, quien rápidamente fue introducido en un vehículo de la policía civil.
“¡Mal nacido, ojalá te pudras en la cárcel!, ¡Eres un poco hombre!”, eran algunos de los insultos que a viva voz gritaban los presentes en contra de Briones.
Control y formalización
Además de la expectación periodística que incluso congregó a medios nacionales en la Primera Sala del Tribunal de Garantía, hermanos y amigos de Ruth acudieron a las 16 horas de ayer a la audiencia de control de detención, la cual fue encabezada por la jueza Mónica Mancilla, y contó con la presencia de los abogados defensores Ramón Bórquez y Juan Ignacio Lafontaine en representación de Briones; el abogado Javier Opazo representando a la familia de la víctima; y el fiscal jefe de Punta Arenas Felipe Aguirre, quien relató los detalles que fundamentarían la formalización de cargos en contra del autor confeso del hecho.
Sin formular cuestionamientos a la detención se inició la audiencia. El día antes el magistrado Jaime Alvarez había decretado una orden verbal, luego de que el imputado se entregara -acompañado de su madre- en la tarde del martes en dependencias de la Fiscalía.
Durante la audiencia judicial el fiscal Aguirre relató la dinámica de los hechos que terminaron con el asesinato de la cajera de Unimarc. De acuerdo a ello el crimen se habría consumado al interior de la habitación de la mujer, en la villa Nelda Panicucci, cerca de las 14,30 horas del lunes 28 de octubre. En dicho hogar, y pese a que sentimentalmente la pareja estaba separada desde hacía un par de meses, seguían viviendo bajo el mismo techo.
“El imputado se abalanzó sobre la mujer, la tomó del cuello asfixiándola y le propinó diversos golpes, lo que provocó un traumatismo encéfalo craneano, según consta en el preinforme entregado por el Servicio Médico Legal”, dijo Aguirre.
Briones, luego de darse cuenta que había dado muerte a su pareja, la envolvió en una sábana verde y luego la cubrió en plástico, lo cual según el propio relato del imputado en su declaración, “no fue tan difícil ya que ella era muy pequeña”, (Ruth Velásquez medía 1,48 metros).
Tras lo anterior, Briones la ocultó en una dependencia destinada a almacenar los “cachureos” del domicilio, para luego ir a buscar a sus hijos al colegio, a quienes no dijo nada, permaneciendo con los niños en el inmueble, a sólo metros del cadáver de su madre.

Ocultamiento del cadáver
Aguirre prosiguió su narración señalando que alrededor de las 15 horas del martes 29 de octubre, el imputado habría acudido a su domicilio con el camión recolector de basura de la empresa Servitrans, del cual era su chofer, depositando el cadáver de su pareja en la zona de carga del vehículo, para luego trasladarla al vertedero municipal, en el sector de Leñadura, donde la arrojó entre los desechos, tapándola con algunos sacos de basura.
Fríamente, luego de realizar su macabra faena el sujeto acudió a la Primera Comisaría de Carabineros para interponer una denuncia por presunta desgracia, señalando que había sostenido una discusión con su mujer por una supuesta infidelidad de parte de ella y que luego de que la insultara, ella habría abandonado el hogar.
Asimismo, el fiscal dio a conocer una serie de testimonios de amigos, familiares y compañeros de trabajo que hablaban del extraño comportamiento que el imputado mantuvo tras la desaparición de su cónyuge, lo que concluyó con Briones confesándole a su madre que había cometido el asesinato por celos, luego de que encontrara en poder de su esposa una tarjeta romántica firmada por ella destinada a un tal “Víctor”, siendo su madre, Rosa Gatica Reyes, quien lo instó a entregarse a la justicia.
Conducta sospechosa
Entre otros antecedentes aportados durante la audiencia, figuran una serie de declaraciones de funcionarios del vertedero y otros empleados de la empresa Servitrans que serían clave para corroborar el relato del acusado. Dichas versiones aseguraron que el día martes 29 de octubre Briones habría sido visto en actitudes sospechosas en el vertedero, sólo, sin los trabajadores que normalmente acompañan a un chofer.
Por último, se conoció que el registro del sistema tecnológico de seguimiento con el que cuentan los camiones recolectores de basura resultó crucial para comprobar los hechos, ya que allí quedaron registrados los dos viajes que Briones hizo al recinto de acopio de basura durante dicha jornada.
Tras lo expuesto, el fiscal Aguirre solicitó que se impusiera la prisión para el imputado al considerar su libertad como un peligro para la sociedad, lo que fue acogido por la jueza Mónica Mancilla, fijando un plazo de investigación de seis meses, tiempo que Briones deberá permanecer recluido en el complejo penitenciario de Punta Arenas.
El presunto autor arriesga una pena que se inicia en los 15 años de cárcel y puede llegar a presidio perpetuo.
Como espectadores estaban en la audiencia familiares tanto de la víctima como del imputado, sin que se debieran lamentar incidentes. Terminado dicho procedimiento, afuera se vivieron desgarradoras escenas de dolor entre ellos.